En 2011 recibí un regalo de un amigo casual, Dani, una cámara compacta de segunda mano para mi hija mayor. No tenía nada en especial salvo que era sumergible. Por aquel entonces ni yo, ni él, ni mi familia que me acompaña en todos los proyectos que decido emprender (por muy locos o absurdos que puedan parecer) nos imaginábamos que aquel detalle, para mí lleno de agradecimiento por mi pequeña, daría de sí tanto como para querer especializarme en Fotografía Infantil Bajo el Agua.
El camino hasta llegar aquí ha estado lleno de juegos, imaginación, mucha ilusión y mucho esfuerzo, desde el principio todo supuso un dejarme fluir, a ver dónde llego.
Por todo ello gracias familia por ser y estar, y gracias por aquel regalo.
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